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sábado, 19 de diciembre de 2015
A.7 Diseño portada para la revista
El tema central para la portada será el trabajo colaborativo. Con el fin de inspirar a los participantes en este tema se propone la lectura del siguiente texto:
Hace muchos años, en un pasado muy remoto, después de vagabundear hacia el sur, una tribu decidió establecerse en un lejano valle. Para conseguirlo debían enfrentarse a los desafíos de construir refugio, garantizar una provisión suficiente de agua y alimento para el año, ocuparse de su defensa y crear una buena vida para sí mismos y para sus hijos.
Para lograr estos objetivos los integrantes de la tribu crearían una división del trabajo en la que todos contribuían y todos se beneficiaban, compartiendo los resultados. Algunos cazarían, otros sembrarían, algunos se ocuparían de cuidar y educar a los niños y otros construirían y arreglarían las viviendas. Como todos colaborarían, los integrantes de la tribu trabajarían para mejorar la comunicación, el liderazgo y la toma de decisiones. Así, se convirtieron en una tribu amigable y plana de fiestas y diversión. La tribu decidió el trabajo cooperativo.
viernes, 4 de diciembre de 2015
A6.- Ilustración (texto+imagen, maquetado con SCRIBUS)
(Debido a problemas con la aplicación de Scribus que no me dejaba guardar la historia ya terminada... Os pongo la historia y su ilustración aquí)
De acuerdo, vale. Lea le tenía miedo a la oscuridad.
No es como si fuera culpa suya. ¡Claro que no! Pero no podía evitar el terror irracional que la invadía cuando su madre le daba el beso de buenas noches y la arropaba, cuando llegaba la temible hora de apagar la luz. No había cosa que deseara más (bueno, tal vez que las espinacas dejaran de existir. Puaj), que librarse de las pesadillas que no la dejaban ni una noche. Y lo peor, es que no podía decírselo a nadie porque se reirían de ella.
Aunque a veces no era tan malo (había un monstruo peludo y de ojos rojos que se parecía más a su osito de peluche Archer que a lo que debería parecerse), otras, desafortunadamente, sí lo eran.
También había uno del cual había distinguido una calavera, una cola de escorpión y unas pinzas de cangrejo. Habría resultado amenazador si no fuera porque era demasiado gracioso a la vista. Aún así, Lea tenía cuidado cuando él andaba cerca. Había decidido llamarle Chris, porque era como su compañero de clase. No molestaba en lo más mínimo, pero sabía dar alguna que otra sorpresa cuando menos se lo esperaba uno.
Frunció el ceño. ¿Iría esa noche? La niña creía que no, porque hacía demasiado que no había visto a la temible lagartija con sus afiladas garras y su reluciente dentadura (gracias el cielo, pero le preocupaba no saber si volvería pronto para compensar la ausencia). No olvidaba el sonido de sus dientes chocando entre sí, masticando lo que parecía ser los jirones de una camiseta. Lea esperaba que no fuera más que una camiseta destrozada.
Sintió de repente el ya familiar escalofrío que la avisaba de la entrada de uno de los seres a su sueño. Cruzó los dedos para que no fuera la serpiente gigante, y esperó, inmóvil, su llegada.
De acuerdo, vale. Lea le tenía miedo a la oscuridad.
No es como si fuera culpa suya. ¡Claro que no! Pero no podía evitar el terror irracional que la invadía cuando su madre le daba el beso de buenas noches y la arropaba, cuando llegaba la temible hora de apagar la luz. No había cosa que deseara más (bueno, tal vez que las espinacas dejaran de existir. Puaj), que librarse de las pesadillas que no la dejaban ni una noche. Y lo peor, es que no podía decírselo a nadie porque se reirían de ella.
Aunque a veces no era tan malo (había un monstruo peludo y de ojos rojos que se parecía más a su osito de peluche Archer que a lo que debería parecerse), otras, desafortunadamente, sí lo eran.
También había uno del cual había distinguido una calavera, una cola de escorpión y unas pinzas de cangrejo. Habría resultado amenazador si no fuera porque era demasiado gracioso a la vista. Aún así, Lea tenía cuidado cuando él andaba cerca. Había decidido llamarle Chris, porque era como su compañero de clase. No molestaba en lo más mínimo, pero sabía dar alguna que otra sorpresa cuando menos se lo esperaba uno.
Frunció el ceño. ¿Iría esa noche? La niña creía que no, porque hacía demasiado que no había visto a la temible lagartija con sus afiladas garras y su reluciente dentadura (gracias el cielo, pero le preocupaba no saber si volvería pronto para compensar la ausencia). No olvidaba el sonido de sus dientes chocando entre sí, masticando lo que parecía ser los jirones de una camiseta. Lea esperaba que no fuera más que una camiseta destrozada.
Sintió de repente el ya familiar escalofrío que la avisaba de la entrada de uno de los seres a su sueño. Cruzó los dedos para que no fuera la serpiente gigante, y esperó, inmóvil, su llegada.
jueves, 12 de noviembre de 2015
A.1 CALIGRAMA
Un caligrama es un poesía visual donde los propios versos son escritos sobre el papel formando contornos o siluetas que dibujen una especie de ilustración, sobre dicha poesía.
Caligrama 1:
<<venga, joder, no te rindas ahora>> le dije. <<no has llegado hasta aquí para quedarte tirada. levántate, por favor. no puedo verte así, diciendo que no vales nada, y que no vas a hacer nada. yo siempre he creído en ti. venga, vamos, sigue luchando. cuando te conocí dijiste que eras de esas que luchaban hasta el final por conseguir sus metas. ya sé que has cambiado, el tiempo hace eso con las personas que sufren. y que esta meta es más alta que nunca. pero en el fondo sé que esa idea sigue igual en ti, y necesitas encontrarla. lucha, pequeña, lucha. no te creas a esos que retuitean "como tú no hay dos, hay dos millones". porque sabes de sobra que es mentira, que sólo es una excusa para no sentirse tan perdedores. más bien créete a los que llevan por bandera algo parecido a "you don't give up on people you love", o "we'll fight 'till it's over", porque over significa el final de nuestra puta vida. igual que esa absurda gilipollez de que si falla el plan a, el abecedario tiene 26 letras más. ignórala, ellos se equivocan. venga, sigue, yo sé que tú puedes. que la dificultad te haga más bonita la escalada. pelea por tus sueños, que si necesitas un empujón yo te lo doy. pero por favor, no vuelvas a decirme que eres lo peor, que no eres capaz, no vuelvas a decirme que hoy lo dejas. porque no te dejo>>.
Caligrama 2:
Quiero que seas mi tango de gardel, mis octavillas, mi media luna de miel, mi blus, mi octava maravilla, el baile de mi salón, la cremallera y los botones, quiero que lleves tu falda y también mis pantalones. Tu astronauta, el primer hombre que pise tu luna, clavando una bandera de locura...
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